El rostro, el espejo de nuestra vida y personalidad

El rostro es el espejo de nuestra vida y personalidad.
Los ojos son el espejo del alma.

Al nacer, nuestro cráneo crece hasta que se estabiliza y luego ya no cambia.
Podemos decir que la constitución está formada y la cara tiene una forma que posee un significado.
A lo largo de nuestra vida, podemos engordar o adelgazar. Los cambios se notarán en nuestra cara y producirán distintos efectos en nuestra personalidad.

Si no recurrimos a la cirugía estética, la parte de la cara que menos cambia es la parte alta, seguida de la parte central.
La que varía casi siempre a través de los años es la parte baja.

Cuando nacemos, llegamos a este mundo sin posesiones propias, sin pertenencias materiales. Cuando morimos, nos iremos de la misma forma: sin nada material, sólo con lo que habremos aprendido y cultivado espiritualmente.

Por qué acumulamos cosas durante la vida? Probablemente porque nos gusta sentir apoyo y protección, tanto material como espiritual. Ello se nos manifestará en la parte baja de la cara, que es la que más cambia. Las razones y los rasgos pueden ser distintos.

La tradición China nos habla de Cielo, Tierra y Hombre. Es algo que debemos tomar en cuenta.
Podremos modificar sólo dos partes: Tierra y Hombre.
La parte del Cielo es el camino que debemos seguir en nuestra vida. Es un camino muy amplio y podemos elegir por dónde queremos seguirlo. La forma de seguirlo es la parte de la Tierra. Cómo y cuándo queremos hacerlo, pertenece a la parte del Hombre. El Hombre es libre.

A pesar de nuestra libertad, nuestro entorno no deja de afectarnos. Todo lo que sucede en nuestra vida, está señalado o deja sus huellas en el rostro.

La lectura del rostro es saber interpretar las señales y las huellas.

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